Viva el Caos

Pues ya estamos de vuelta y …

lo hacemos con tres noticias.

La primera un libro, Viva el caos, que he escrito sobre mi metodología baloncestística. Sobre cómo me gusta conectar la formación deportiva, con la humana. Un libro eminentemente personal, muy crítico con los formatos tradicionales y seguramente con bastantes inconsistencias, propias del baloncesto que intento proyectar y fomentar en edades tempranas.

El libro habla de las edades y categorías infantil y cadete e intenta, en 6 capítulos desarrollar una metodología formativa de trabajo, algunos ejercicios incluidos, basada en el caos, en la libertad del niño para hacer y deshacer y en la necesidad de que el entrenador sea un observador inteligente del proceso.

Creo que es ameno, que se lee rápido y que se entiende bien, aunque es posible que haya momentos donde la explicación y el hilo conector, se pierda, no lo se, no creo, pero si que algunas personas me han dicho que esto puede suceder. En fin, léelo y dime tus impresiones, más allá de si estás o no estás de acuerdo con lo que allí se expone.

La segunda noticia, es que vuelvo a entrenar y lo hago a modo individual. No tengo campo propio, por tanto, deberé amoldarme al campo que los jugadores me indiquen, si disponen de alguno (colegio, club, urbanización, etc.), o bien ellos (o ellas) se tendrán que amoldar al campo que yo les proponga. La idea es seguir formando en dos líneas, la técnica y la humana, en los dos casos, hacia la auto-confianza y la necesidad de mejorar día a día. Aquí solo pongo un límite de edad por abajo, infantil de primer año (11 o 12 años, canasta grande). Esto lo hago simplemente porque estoy seguro de que con lo que los jugadores de canasta pequeña hacen en su club o escuela es más que suficiente y el tiempo que tengan libre que lo dediquen a otro deporte.

Y la tercera, el mejor stage (lo que me invento para no llamarlo campus) de baloncesto y solo baloncesto que has conocido y que seguro que será verdaderamente atrayente y diferencial. Trabajo individualizado y colectivo, partidos diarios, trabajo físico específico, no para «mazarte», que sirve de muy poquito en el baloncesto y de mucho si quieres ser portero de discoteca, y más y mucho más. Mínimo siete horas de trabajo diario.

Espero que podamos vernos en cualquiera de las tres líneas expuestas, libro, trabajo individualizado o stage en verano y si esto no es posible, ojalá podamos empezar a ver partidos de una puñetera vez y podamos discutir, dialogar mientras vemos un partido de baloncesto. ¡Joder cuánto lo echo de menos!

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