Qué maravilla es eso de coger un rebote, verdad? Sobre todo si es en ataque. Cómo disfrutamos los entrenadores con esto! Lo que más gracia me hace es cuando nos quitan un rebote defensivo y hacemos ese gesto tan característico de echar las manos hacia detrás como diciendo, ¡cierra el rebote! Entrando de lleno en el tema, pienso: ¿alguien conoce a algún gran reboteador que cierre el rebote? Que haga ese gesto que supuestamente, no sé quién se inventó, e intentamos enseñar a nuestros jugadores?
En fin, otra estupidez más en el debe y el haber del entrenador. La capacidad de rebote es trabajable, pero debemos entender la capacidad natural del niño y por tanto el rebote es de los gestos que no debe ser tecnificado en absoluto. Voy por fases:
- El niño debe querer tener el balón en su poder y por tanto el rebote es primordial para él.
- El niño debe saber que si coge rebotes tiene más posibilidad de chupársela, algo que ya es un aliciente en sí mismo.
- El niño debe buscar el balón, tanto en espacios verticales, como lanzándose cual portero de fútbol (aunque sea falta, da igual, es instinto y no podemos ocluirlo).
- El niño debe aprender a sobrevivir en la jungla de la zona.
- El niño debe aprender a valorar el rebote, que es el aspecto más importante del NO juego.
Y luego viene la técnica, que como siempre y no es sorpresa, hay que ir detallando en cada jugador. Pero siempre a partir los 13, 14, 15 años, nunca antes. Por ejemplo:
- A algún jugador le puede ayudar ir con una mano más alta que la otra
- Hay que enseñar a tocar y agarrar el balón y cuando digo agarrar no digo proteger, por lo que el cuerpo se convierte en un elemento fundamental.
- Hay que enseñar la siguiente acción, porque el rebote no es coger el balón, sino coger y hacer. Se hacen las cosas en baloncesto con criterios ofensivos, siempre, nunca defensivos y esto no debe ser olvidado en la acción de rebote.
El rebote es talento, inteligencia, fuerza y velocidad. Posiblemente en ese orden y de más a menos importante. El talento te hace estar en el sitio y momento adecuado. La inteligencia te hace conocedor de tu talento, la fuerza permite no tener miedos y la velocidad, hace que te anticipes. Lo dicho el rebote es fundamental porque multiplica por dos tus posibilidades ofensivas.