Pues me temo que si, hay que elegir. Ayer Jueves 17 de septiembre de 2015, España jugó un partido contra Francia en el Europeo que se juega allí el Lille (Francia). En primer lugar, indicar que estoy feliz porque ganase España y además por cómo lo hizo, pues iba abajo 11 puntos al principio del último cuarto, creo, fue fantástico. Además ganó a un equipo que no jugó excesivamente bien los momentos importantes (bueno el Batum se encajó un triple increíble para empatar el partido).
Y sigo, durante unos años, seguía allí donde iba la Selección, me gustase o no me gustase como jugaban y cuando estaba soltero, hacía coincidir mis vacaciones con la ruta Ñ o como se llamase aquello antes.

Bien, puestos los antecedentes, y aprovechando que estamos todos eufóricos, lo siento, disfruté de la victoria de España, pero no me gustó.

No me gustó porque por muchos cojones que la gente dice que echaron, eso no vale. La testosterona no debe ser el resumen o la aportación de ciertos jugadores. Ni de nadie. La testosterona es algo que se tiene mientras se juega, es lo que te hace sentir que puedes ganar.

No me gustó porque el juego de España se para, es muy estático y busca como única alternativa que Pau Gasol (posiblemente entre el TOP 10 de mejores jugadores europeos de la historia) pueda postear o encarar.

No me gustó porque solo cuando era imposible no hacerlo, Chacho se piraba hacia dentro o se jugaba un tiro, temblándole la mano.

No me gustó, porque no están aportando lo que deben aportar todos. ¿Por qué a Chacho o Llull no les tiembla la mano en el Madrid?

No me gustó porque seguimos sin tener una confianza extrema en nuestro juego exterior, algo que debería ya ser nuestra bandera.

No me gustó porque toda nuestra mecánica ofensiva con balón es botar y dejar pasar los primeros 15 segundos con acciones irrelevantes. Si, ya lo se, 15 segundos menos de defensa, pero eso no me vale. No es el baloncesto que deben ver nuestros pequeños.

No me gustó porque estamos en un momento del baloncesto, donde lo físico es fundamental y no somos capaces de entenderlo (bueno aquí quito a Gasol y a Reyes de este comentario).

En definitiva, no me gustó porque, exceptuando a Gasol y Reyes,  no han sido tan valientes como otras veces.

De la defensa, que sin duda ha ido mejorando a medida que el campeonato ha evolucionado (¿mala preparación respecto a la mierda de equipos a los que nos hemos enfrentado?), no digo nada, puesto que igual exigir más era imposible a un equipo cuya figura, que tiene que estar 30 minutos en los partidos importantes, más no puede hacer.

Con todo esto, me quedo con el Italia-Lituania de cuartos de final. Lo siento, me gusta más el baloncesto que el chovinismo. Preferiría seguir viendo a Italia, que a España y mira que estoy contento, pero ¡disfruto tanto viendo el baloncesto que me gusta! que entre la exaltación lo patrio y lo que me mola, me quedo con esto último. Y estoy seguro que muchos de vosotrXs también. ¿qué preferís boto y boto y boto en el sitio para pasar y pasar y pasar y volver al principio o un juego fluido, donde cada vez que se recibe, el que tiene la bola puede irse al aro, puede tirar o dar un pase definitivo. La generación de oro se caracterizó por esto. No sabías por donde venía el peligro si por Navarro, por Gasol, por Calderón, por Rudy (después) e incluso jugadores mediocres tenían grandes aportaciones a ese tipo de juego, Mombrú, por ejemplo.

Ahora estamos felices, pero pido por favor a las «mentes pensantes» de la FEB eso, que piensen y que miren a futuro, no sobre jugadores, si sobre estilo y filosofía de juego. Estamos en un punto de inflexión muy importante porque los buenos todavía pueden durar un poco y los que pueden ser buenos se van a perder si no acumulan experiencia internacional (y por favor, por poder ser bueno, no me refiero a Claver).

Nada, dicho esto, a disfrutar el domingo, aunque si me disculpan, hoy hay un Serbia-Lituania que puede ser maravilloso si juegan como lo han hecho hasta ahora. Viva el baloncesto.