No voy a entrar en disertaciones baratas o copiadas de lo que significa un entrenador, pero si me gustaría definir lo que, bajo mi punto de vista y después de ver y hablar con muchos entrenadores, significa un entrenador de baloncesto hoy en día.
Estamos hartos de decir que los niños de hoy no son los de hace 50, 30, 20 o 10 años. No son ni mejores, ni peores, simplemente son diferentes. Hoy el conocimiento está más abierto, está en más manos, es más accesible y también, posiblemente, más efímero. Hoy los niños se forman de otra forma a la que lo hacíamos nosotros, aunque las escuelas todavía no se hayan dado cuenta. Saben más , tienen mayores potencialidades y el terreno tecnológico les permite estar en la multitarea y desarrollarse no linealmente. Y nosotros seguimos con los mismos sistemas de aprendizaje que hace 15 años. Qué pase en las escuelas, porque nuestros políticos son indecentes e inútiles, vale, pero a nosotros, entrenadores por convicción y amor a este deporte, ya nos vale.
Bien, mi opinión:
- El entrenador no tiene que enseñar al niño, tiene que dejar que aprenda.
- El entrenador no tiene que conseguir que el niño confíe en él, tiene que permitir que el niño se fíe de si mismo.
- El entrenador asume que el niño es el principal responsable de sus éxitos y de sus fracasos.
- El entrenador tiene que ser capaz de saber lo que hace mejorar al niño y conseguir que lo haga. Tanto para que mejore como para que se desbloquee.
- El entrenador tiene que crear un espacio de aprendizaje y relación, en el tiempo de entrenamiento.
- El entrenador NO hace al niño, no somos tan importantes.
- El entrenador es un accidente dentro del proceso formativo y de nosotros depende que se quede en accidente o que vaya a más y seamos una catástrofe.
- El entrenador debe ajustarse a las necesidades del niño y no al contrario.
- El entrenador es resiliente y si no lo es, al menos debe disimular.
- El entrenador tiene que experimentar y hacer que el niño experimente.
En definitiva, podría escribir más, pero así 10 quedan como algo serio, como un decálogo. Quiero con todo esto decir que el entrenador es un «acompañador», no creo que deba ser un guiador de nada. ¿Y por qué pienso esto? Porque un entrenador es un pañuelo de usar y tirar, se usa un año, dos años y se tira. No podemos hacer jugadores dependientes de lo que el entrenador de turno quiere que se haga. Hay que mantenerse cerca, pero a distancia (sobre todo con los padres) y hay que dejar que el niño vaya descubriendo el baloncesto a su velocidad y si esto significa que el equipo no progresa, pues lo siento por el equipo, pero lo importante es el progreso del niño, preparar su desembarco en la madurez personal y deportiva y todo lo que no sea interiorizado, no sirve. En un proceso de aprendizaje deportivo, importa la interiorización, que las acciones sean naturales, todo lo demás no le va a servir al niño o al menos, no será definitivo.
Por cierto si no conocéis a alguno de las fotos mostradas, os vendrá bien estudiar un poco de baloncesto, pues los de las fotos en B/N fueron los dos grandes referentes del baloncesto en este país, de los que mamaron Lolo, Aíto Comas y más.
Nada más por hoy. Agradecer a las más de 6.000 visitas que este blog ha tenido este año y a los más de 3.700 visitantes que en algún momento han entrado a leer algún post. Agradecer también que el post «haciendo niños demasiado pronto» haya sido el más leído. Toda una declaración de intenciones. Como estamos en periodo navideño, pedir disculpas a aquellos/as que se hayan sentido incómodos con mis declaraciones y animarles a que si no están de acuerdo, que me lo digan, me encanta discutir sobre baloncesto de formación y si tengo que emitir alguna rectificación, nunca se me han caído los anillos por hacerlo (joder que polite me vuelven estas fechas). Saludos y abrazos.
(sustituyan niños por niñas, nosotros por nosotras, ellos por ellas, entrenador por entrenadora. Yo pienso en masculino y me resulta muy cansino lo de la comunicación de género, lo siento)