Recuerdo a grandes entrenadores de los que no tendría más que grandes y buenas palabras, dirigirse a jugadores con la expresión: «¡Qué poco talento tienes! Y qué equivocados estaban. El talento lo tenemos todos, aunque no el mismo. Pero, ¿qué es el talento? El gran JM Marina lo define como la inteligencia resuelta, es decir, la capacidad de resolver problemas y además, avanzar con la resolución.
A estos entrenadores habría que preguntarles si estaban dando las herramientas necesarias a los chavales para que desarrollaran todo su talento y seguro que nos llevaríamos alguna sorpresa. Personalmente creo que es mejor no forzar un aprendizaje hasta que no estemos absolutamente seguros de que merece la pena forzarlo y de que seamos capaces de entender a posteriori si ese aprendizaje le viene bien al niño. Y por eso el juego que promuevo se basa en un auto-aprendizaje dirigido, pero donde lo que el entrenador traslada al niño no son más que herramientas que permiten al chaval desarrollar su talento al más alto nivel.
Cuando enseñamos a tirar a un niño, suele dar igual si de esa forma es capaz de resolver situaciones y mejorar. Nos importa más la estética, lo convencional. En mi opinión cada niño es un descubrimiento y el entrenador debe descubrirle y ser capaz de entender su talento, es decir, de qué manera resolverá mejor los problemas o situaciones de un partido y de qué manera mejorará cara a futuro. El talento, amigXs, es la forma en la que cada uno de nosotros resolvemos situaciones reales y cada uno tiene el suyo. Un entrenador, no tiene más que observar y trabajar el formato adecuado para cada uno. Confianza para con el niño y paciencia con uno mismo. Y mucha pregunta con y sin respuesta. En el baloncesto tenemos un fin (meter canasta), solo uno, pero este es un fin con multitud de medios y habilidades para desarrollar el talento y asumir la responsabilidad de lo sucedido.